Vista panorámica 360° de la Ciudad de México desde la Torre Latinoamericana.
«Yo nací aquí señorita. En toda esta calle de roldan habían niñas y el día en que ya no pudieron vender su cuerpo aquí tuvieron un lugar». Hoy, a casi veinte años de su ausencia, las palabras de Doña Guillermina Rico nos invitan a considerar la magnitud de vidas que dejan un poco de su personalidad en cada espacio que ocupan. Lo que nos permite considerar que esta Ciudad Monstruo expresa una identidad propia, distinta quizá de otras, y es que la luna todavía se refleja sobre las aguas encharcadas.
Han sucedido un montón de días con sus cosas y ahora si, entre resacas electorales y otros ritos igualmente caducos, ahora si, el verano se nos dejó caer. Aluviones de docencia entre las grises calles de la cuenca se han dejado ver, fluyen peregrinos marchantes, manifestantes, como si se resbalaran con las aguas de Junio y sus cuerpos los arrastrara el caudal. Desembocan por la rivera de San Cosme y se empantanan a donde solo dios sabrá donde. Traen a cuestas una cochina pena que vienen a lavar, como si fueran a bailar para la Virgen de Talpa, para renovarse.
La milpa supura, de ella mana la vida, asciende como el vaho de un caliente resollar y mina el suelo en verdes brotes. El ochentero es un maíz cuyo origen de cultivo se encuentra en el Valle de Tlaxcala y Puebla, otro paraíso expulsado de sus lagunas y con una suerte de micro climas bastante similares a los de este valle en el Altiplano Central Anawak. Del ochentero se dice que revienta el penacho a los ochenta días, tal como lo muestra la imagen de arriba, maíz de ciclo rápido, de baja estatura y capaz de brotar hasta tres cañas de una sola semilla, de granos dorados y mazorcas duras, seguramente utilizado en la elaboración de masa para tamales y para su aprovechamiento forrajero. Algo que me gusta del maíz es su capacidad de adaptación a diferentes tipos de suelos y climas, también poseé una gran habilidad de hibridación. Gracias a dichas características se ha desarrollado una interminable diversidad de especies. Se dice que todas ellas tienen un abuelo en común, las típicas plantas anuales que nacen a la orilla de la milpa y que muchos consideran maleza, me refiero al maíz teocintle (Zea perennis). Pero existen un montón de variedades de teocintles y seguir creyendo en la teoría evolucionista es algo muy absurdo a estas alturas de la vida, yo se que son muy bonitos los cuentos de nuestra infancia, así que no escarbaré mas en ese tema.
En días pasados, mas o menos treinta, los calores secos del Anawak se vieron interrumpidos por un frente frío que trajo precipitaciones de entre 20mm y 50mm. Las negras nubes, pesadas y gordas como reses, arriaron y se mearon los días necesarios para hacer brotar los quelites (Quilitl) . Como el quelite cenizo (Chenopodium berlandieri), quelite del puerco (Chenopodium murale), la jara (Baccharis salicifolia), verdolagas (Portulaca oleraces), y el mismísimo epazote (Chenopodium ambrosioides).
Una vez que brotaron las verdes matas lo siguiente es que alguien se sirva de esa abundancia, recuerden que todos van a comer. Así que la naturaleza guerrillera de la milpa se dejó sentir con fuerza, la magnitud con la que un montón de animalejos colonizan las milpas y el desastre que dejan a su paso solo puede ser comparable con las constantes agresiones militares de Israel a la Franja de Gaza, bueno no, la milpa no se destruye, solamente tenía ganas de decir. Ahí ya vemos la considerable mancha de pulgones urbanos (Aphididae urbanita) y sus momias blancas, despojos de un cuerpo anterior. El chopepe de jardín (Stenomacra marginella) es el ajonjolí (Sesamum indicum) de todos los moles, pone sus huevecillos donde sea que le de la gana. El mosco patón (Phylidorea ferruginea) también dedica sus energías a la reproducción y necesita de un medio acuático para depositar su descendencia. Los huevecillos amarillos que se aprecian en una de las imágenes son ni mas ni menos que de la catarina (Coccinella septempunctata).
Las hormigas (Formicidae) resultan ser los bichos de mayor importancia en la milpa. A pesar de ser consideradas la plaga mas combativa, ellas realizan una actividad de pastoreo, así mantienen limpias a las plantas y al suelo. En el invierno almacenan huevecillos de pulgón en sus hormigueros, puesto que para ellas los pulgones son como las cabras para los montañeses. Una vez llegada la primavera y el verano, cuando el algodón está alto, su reina luce bien y los peces salen del agua en un brinco, entonces depositan esos huevecillos en alguna planta frondosa, capaz de resistir los besos libadores del pulgón, luego conforman un ejército chupador de excretas de pulgón, debido a su alto contenido de azucares. En una de las anteriores imágenes pueden apreciar una hormiga con el abdomen hinchado de melaza.
Considerando la presencia de huevecillos de la catarina, entonces decidí no agredir a los pulgones y esperar a que eclosionaran las larvas de catarina. La cuestión fue mantener a raya a las hormigas y no permitirles el acceso a los pulgones, de esta manera los huevecillos de la catarina no serían devorados. Debido a que las hormigas crean una señalización aromática, entonces se debe borrar la presencia de ese almizcle, taparlo con otro aroma, en este caso utilicé un menjurge con ajo (Allium sativum), ruda (Ruta chalepensis), mentol (Plectantus oloroso), albahaca (Ocimum basilicum), romero (Rosmarinus officinalis), sábila (Aloe vera) y una vez machacado todo, lo rebajé en un litro de agua y agregué apenas una raspada de ese jabonzote blanco, para hacer la mezcla un poco mas espesa y pegajosa. Ungí los bordes del huacalón y todos los caminos por donde transitaban las hormigas, también puse cinco tapitas de agua azucarada, mermelada o agua con miel, en su camino, para consentirlas.
En un tiempo menor a una semana aparecieron por montones las grotescas larvas de catarina, se encargaron eficientemente de la presencia de pulgones y ahora se preparan para su metamorfosis. Además, como pueden ver, aparecieron otras variedades de Coccinellidae, así como feroces larvas de Syrphidae. De manera que les puedo asegurar que la milpa ha superado esta dificil prueba. En cuanto a plagas lo mejor es tener paciencia y entender que no se van a acabar nuestra comida. El verano por fin azota estos rumbos y los fuertes vientos del Ehécatl, con su pico de pato, provocarán todavía más destrozos en la milpa.
